Padre Antonio Lootens
Antoine Edouard Jeanne Lootens Impens nació en Gante (Bélgica) el 19 de septiembre de 1934. Sus padres se llamaban Leonardo Lootens y Angèle Impens. Tuvo cinco hermanos: la mayor Marietta y tres hermanos menores Elmira, Annie y su hermano gemelo que murió al nacer. El matrimonio Lootens Impens dio a sus hijos una profunda educación cristiana.
Desde pequeño, Antonio sintió el deseo de ser sacerdote y misionero, pero para lograrlo tendría que pasar por dificultades como las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial y sus constantes quebrantos de salud. Después de la guerra, estudió su primaria y secundaria en el Jesuita Sint-Barbara College de Gante y a los 16 años su interés por la misión lo llevó a ingresar a la “Congregación del Inmaculado Corazón de María”, una congregación religiosa masculina, clerical, misionera y de Derecho Pontificio, fundada en un suburbio de Bruselas en 1862, pero sus problemas de salud le obligaron a dejar la institución. Luego de un encuentro personal en 1961, con el Padre Pio de Pietrelcina, en San Giovanni Rotondo, quien le predijo que sería sacerdote un día, que Dios tenía planes fundacionales con él y que además le aceptó como hijo espiritual, terminó sus estudios de teología en la Facultad Universitaria Jesuita de Heverlee, Lovaina, sucursal de la Universidad Gregoriana de Roma.
Tiempo después conoce a un sacerdote en Siracusa, Italia, que al darse cuenta de su capacidad para hablar varios idiomas le invita a trabajar con él en el Santuario de Nuestra Señora de las Lágrimas escribiendo artículos para la revista, guiando a los peregrinos extranjeros y respondiendo a la correspondencia en otros idiomas. El Ordinario del lugar, Monseñor Guiseppe Bonfiglioli, arzobispo de Siracusa, al leer el contenido teológico de los artículos que escribió durante siete años en la revista del Santuario le llama, hablan sobre su vocación al sacerdocio y después de comprobar los datos y solicitar los certificados de estudio pertinentes, decide ordenarlo diácono en 1971. Tiempo después, en el mismo año, el 29 de junio, lo ordena sacerdote en el mismo Santuario de Nuestra Señora de las Lágrimas. Antes de ser ordenado, Antonio manifiesta a monseñor Bonfiglioli su continuo deseo de ser misionero, por lo cual monseñor le pide tres años más de servicio en el Santuario como sacerdote antes de partir de su arquidiócesis.
Después de varias misiones hechas en Centro América, siente el llamado de Dios a constituir una Laura Ermitica y solicita ser acogido en la Arquidiócesis de Bucaramanga, Colombia. El entonces Monseñor Darío Castrillón Hoyos, ordinario del lugar, le recibe en el año 1994, dando inicio a los Ermitaños Eucarísticas del Padre Celestial y posteriormente, conoce a la madre Gabriela del Amor Crucificado con quien funda las Comunicadoras Eucarísticas del Padre Celestial en el mismo lugar.
El 4 de enero de 2018, a la edad de 83 años, el Padre Antonio parte a la casa del Padre Celestial, con una sonrisa en sus labios. Siempre oró por la santificación de los sacerdotes y las almas consagradas y se entregó hasta el último momento por ellos. Antes de su muerte siempre pidió a sus hijas, las Comunicadoras Eucarísticas del Padre Celestia, que no dejaran de rezar por su alma. Su legado fue: “la alegría”, como el reflejo del contento de Dios Padre sobre nuestra vida; su máxima alegría era celebrar la Santa Misa, y su consuelo en esta tierra, el admirable amor filial a la Santísima Virgen María.
Somos una Asociación pública de fieles en la Arquidiócesis de Cali – (01-3-Decreto N° 1358 de diciembre 18 de 2020)
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